Nací un 6 de enero de 1984, los brazos de mi madre temblaban, el dia no era diferente y las nubes eran otras, todo estaba en su sitio, menos papá. Obsesivo con su reputación, nunca llegó al hospital, total como el dice "Yo no soy doctor". Los años pasaban y mis únicos juguetes salieron de mis manos y de las chapas de las botellas que dejaban tiradas mis padres. Años más y mi corazón tocaba oidos, y claro a veces algo más, de señoritas dispuestas a disculparse con sus padres por la hora.
Al final de todo, los años no maltrataron tanto el futuro, fui premiado con una semilla amarilla con dos dientes abajo y pelo asustado. Total que el corazón y la sangre nunca se divide si no que se fortalece de raices. Mi semilla y yo, su sueños y mis logros, su sonrisa y mis ojos.
Por lo demás ahi muy pocas cosas de que arrepentirme.
Pero jamás de hacer amigos.
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